"Y verás como quieren en Chile, al amigo cuando es forastero"
por Luis Macaya
Siempre que sea gringuito norteamericano o europeo...
Nadie dijo nada cuando se quitó la tierra a los mapuches. Todo el sur de Chile entregado a "colonos". Seguramente apelando a intereses que no tienen que ver con la cultura de los pueblos. Así las cosas, no es equivocado decir que los que están en contra de la integración de los pueblos se ven a sí mismos con una raíz que no nace de esta tierra, sino que viene de antiguos colonizadores: españoles, alemanes, italianos, etc. Ninguno de aquellos dirá que proviene de una etnia originaria. Son los malos chilenos que se malearon por el excesivo ocio, los asados que no faltan mientras reclaman con la boca llena por la pobreza en que vive el país y con el vaso revalsando vino tinto dicen que le dan trabajo a los peruanos ¿ellos? los explotadores de siempre, los que nunca defenderían el país por su cultura sino por su prepotencia.
Hablan de nacionalismo y no hacen patria ni siquiera en su población. Su política de patear traseros, de choros al peo, no se condice con su postura nacionalista. Primero su monólogo prepotente, relegando a la inexistencia la educación y la cultura. Al resto sólo les queda el mal lema de nuestro escudo: "Por la razón o la fuerza".
Que nos queda de nacionalismo si este mismo escudo, emblema patrio, ya no resiste su predicamento. A duras penas podemos conocer al cóndor, privado de libertad, en un zoológico, encerrado, sucio y mal alimentado. A un huemul en otro espacio en vías de extinción. Estos nacionalistas ¿saben de qué estoy hablando?.
¿Proteger nuestro país, nuestra tierra? ¿Cuántos de ellos siquiera habrán plantado un árbol, limpiado su patio, el frente de su casa?
Hablamos de quienes nos quitan el trabajo, de la misma forma como los gringos dicen de los chilenos en el extranjero, de los latinos en general, no somos distintos de los demás, sudacas y sólo sudacas. Estos nacionalistas tienen hijas, hijos que pueden conocer algún extranjero y hacer familia como muchas veces ha ocurrido. Con la cara feliz la entregan al gringuito ¿y el nacionalismo donde les queda? Véanse la cara, mírense al espejo. No tienen idea de lo que poseen y cuando lo pierdan no se van a dar ni cuenta.
Nacionalistas, patriotas, chilenos de corazón, cuando llegue la hora será la hora.
Las Compañías, 20 de enero de 2009
Nadie dijo nada cuando se quitó la tierra a los mapuches. Todo el sur de Chile entregado a "colonos". Seguramente apelando a intereses que no tienen que ver con la cultura de los pueblos. Así las cosas, no es equivocado decir que los que están en contra de la integración de los pueblos se ven a sí mismos con una raíz que no nace de esta tierra, sino que viene de antiguos colonizadores: españoles, alemanes, italianos, etc. Ninguno de aquellos dirá que proviene de una etnia originaria. Son los malos chilenos que se malearon por el excesivo ocio, los asados que no faltan mientras reclaman con la boca llena por la pobreza en que vive el país y con el vaso revalsando vino tinto dicen que le dan trabajo a los peruanos ¿ellos? los explotadores de siempre, los que nunca defenderían el país por su cultura sino por su prepotencia.
Hablan de nacionalismo y no hacen patria ni siquiera en su población. Su política de patear traseros, de choros al peo, no se condice con su postura nacionalista. Primero su monólogo prepotente, relegando a la inexistencia la educación y la cultura. Al resto sólo les queda el mal lema de nuestro escudo: "Por la razón o la fuerza".
Que nos queda de nacionalismo si este mismo escudo, emblema patrio, ya no resiste su predicamento. A duras penas podemos conocer al cóndor, privado de libertad, en un zoológico, encerrado, sucio y mal alimentado. A un huemul en otro espacio en vías de extinción. Estos nacionalistas ¿saben de qué estoy hablando?.
¿Proteger nuestro país, nuestra tierra? ¿Cuántos de ellos siquiera habrán plantado un árbol, limpiado su patio, el frente de su casa?
Hablamos de quienes nos quitan el trabajo, de la misma forma como los gringos dicen de los chilenos en el extranjero, de los latinos en general, no somos distintos de los demás, sudacas y sólo sudacas. Estos nacionalistas tienen hijas, hijos que pueden conocer algún extranjero y hacer familia como muchas veces ha ocurrido. Con la cara feliz la entregan al gringuito ¿y el nacionalismo donde les queda? Véanse la cara, mírense al espejo. No tienen idea de lo que poseen y cuando lo pierdan no se van a dar ni cuenta.
Nacionalistas, patriotas, chilenos de corazón, cuando llegue la hora será la hora.
Las Compañías, 20 de enero de 2009
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