Esto es parte del juego. Quiero decir, la guerra entre los que quieren crear y mostrar el quehacer del mundo artístico y aquellos que se ven superados por algo que está más allá de sus espectativas de control. Acceso denegado, es el símbolo de la negación a la libertad del espíritu, es el cerco que ponemos a un paisaje natural, es el tiempo límite por horario a una conversación franca, a una convivencia amena, porque tenemos que "cerrar". Pero más que nada, es el pequeño poder que se nos aplica, no para protegernos de lo impropio, de la necedad, de la inoperancia, de la corrupción; sino para provocar el desánimo, el desaliento, la postura tal que nos deje en igualdad de lo vanal, de lo rutinario, de lo mecánico.
¡Burócratas, tecnócratas, enemigos de los sueños!
¡No nos vencerán!
¡Aquí está la clave!
¡ACCESO TOTAL!
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