
El amor a la tierra que me ayuda a vivir.
El amor a la educación y al trabajo.
El amor a los demás que trabajan
por el bienestar común.
El amor a la justicia como instrumento del equilibrio
para la dignidad del hombre.
El amor a la paz, para gozar de la vida.
El amor a la libertad, no al libre albedrío.
No a la libertad de unos para vivir de los otros;
sino la libertad de todos.
La libertad para que yo exista y existan mis hijos,
y mi hogar y el barrio y las ciudad y los pueblos
y todos los contornos donde nos ha correspondido forjar nuestro destino.
Sin yugos propios ni yugos extranjeros.
Víctor Jara
7 de septiembre de 1973
No hay comentarios.:
Publicar un comentario